sábado, 12 de febrero de 2011

Día 2 (12 de febrero)



A las 8.00 de la mañana comenzamos el primer lance de pesca en la zona del volcán Gazul, lance L1, y después de 1h y 45min obtuvimos los primeros resultados pesqueros: 4 cajas de las grandes blancas llenas de material, para separar e identificar. Para el arrastre, se tiran al mar unas redes bastante grandes, y se arrastra, literalmente, el fondo del mar. Se suele tirar el triple de cuerda de la profundidad que tenga la zona que se quiere arrastrar. Es decir, si hay 1 metro de profundidad, se echan 3 metros de cuerda. Los arrastres en esta campaña duran una hora. El primero de la mañana empezó a las ocho y media, y terminó a las nueve y media. Los arrastres de pesca comerciales duran más tiempo, y por lo tanto, suben más volumen de pesca. En el nuestro, salieron muchos “bichos”, y a los expertos en bichos se les veía contentos.

El lance clasificado, en cada cesta una especie 
Después, a las 9:57 iniciamos el segundo lance (L2) en la misma zona, el cual sube a bordo a las 11:41. El resultado es un poco más escaso pero con la misma composición.
Miguel le hizo fotos a toda la fauna. A los del primer arrastre les ponía al lado un etiqueta con “L1” y a los del segundo "L2". Se han guardado muestras de todas las especies en frascos y bolsas de plástico de diversos tamaños, con su correspondiente etiqueta y las rellenan con formol o con alcohol, para fijar los organismos y que no se degraden. Los ejemplares que no se guardan para el estudio científico y que no son comerciales se echan de vuelta al mar. Sus cuerpos atraen a las aves, como gaviotas y algún que otro elegante alcatraz, deleitándonos con su visita. En cambio, las especies comestibles, como las cigalas y otros apetecibles pescados, van a la cocina. Dicen por ahí, que al capitán le apasionan las cigalas y que se las come como si fueran pipas. Por otro lado, parece que el capitán está a régimen, le traen yogures Vitalinea cuando los demás tomamos yogures normales.

A las 11 vamos a comer. Todavía se nos hace un poco raro comer tan pronto, pero hambre, tenemos mucha. Hay judías con chorizo de primero, lenguado con ensalada de segundo y paella de conejo de tercero, y de postre uvas. Esta vez en mi mesa hemos probado todo. Lo que más éxito ha tenido, pese a ser el último plato, ha sido la paella.

El capitán, a la izquierda junto a un sonriente Melo
Tras la comida, hemos seguido clasificando, fotografiando y midiendo especies, mientras realizábamos otras actividades científicas. En resumen, la BC ha fallado y la draga beat trawl, que no suele fallar a no ser que se rompa la red ,trajo rocas y después, la DA 3, justo antes de la cena, subió a cubierta un montón de fango que procedimos a tamizar. Una ventaja de tener una campaña tan pluridisciplinar es que no hay “preguntas tontas”, todos preguntamos cosas  y aprendemos los unos de los otros.

Es la hora de la cena. Nos sirven una sopa calentita que sabe a gloria después de toda la actividad. De segundo hay rapante (en Galicia llaman así al gallo) con ensalada y de tercero, hamburguesas con patatas. De postre, piña con nata. Las muestras tomadas con DA dan mucho trabajo, hay fango muy compacto y seguimos trabajando después de cenar un buen rato. En la DA 3 sobre la cima del volcán, hemos obtenido un pogonóforo cuya presencia, según explica José Rueda, está asociada a emisiones de gases.

A las 21.00 abren “El Entrepot”, también conocido como la "tienda", el "súper", el "entrecôt a la pimienta" o el "sello". Es un habitáculo que sólo se abre los jueves a las 21.00, pero hoy se ha hecho una excepción. Ahí es dónde guardan los vicios, véase whisky, ginebra, ron y cigarrillos libres de impuestos. Se ha formado una cola de más de 20 personas. La mayoría necesitaba o quería comprar algo y otros estaban por ahí sólo por cotillear.

Fotografía del azul paisaje que nos rodea
 Hacia las 22.00, el equipo científico se reunió en el laboratorio, cómo no, tenían que probar las nuevas muestras recién adquiridas en el entrepó. Por la noche, mientras algunos charlan, Curro y Laura trabajan. Ellos trabajan todas las noches. El CTD es un aparato que se tira al mar (con un peso para que se hunda más rápido) y sirve para medir ciertas propiedades del agua y el fondo marino, gracias a sensores que lleva. Parece un robot del tamaño de R2D2, pero se le ve el esqueleto. Mide la Conductividad, Temperatura, Profundidad, y también la concentración de oxígeno. Aunque en esta campaña el sensor que mide la oxiginidad no está midiendo bien. Cuando está en el punto adecuado, llaman desde el puente y avisan, entonces Curro y Laura echan el CTD al agua, con ayuda de los marinos de guardia, lo enganchan a la cuerda y va descendiendo. Al poco rato lo suben, y entonces van al laboratorio y avisan de que ya está, pueden empezar a moverse hacia el siguiente punto. Después proceden a grabar los datos que el CTD ha registrado en el ordenador, y van creando una gráfica con los valores obtenidos. En resumen, no paran de moverse de un lado para otro mientras el resto del equipo científico duerme.

La luna parece un cuenco. Es así como se llena la luna, con nuestros sueños. Es un cuenco que se va llenando de sueños transparentes, blancos, luminosos, llenos de esperanza e ilusión, llenos de miedos que forman sus manchas grises. Soñamos y se va llenando hasta que no puede más, y se vacía poco a poco, echándolos al mar, creando un hilo de luz en la noche que llega desde el mar hasta el barco. Está hecho de los sueños que tuvimos hace un mes. Es por eso que los sueños iluminan el camino hacía nuestro destino.

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